Los veranos de mi infancia transcurrieron en la casa de El Golfo (Lanzarote), junto a mi hermana, mis padres y abuelos maternos. Mi abuela Andreita, Lela, nos mantenía entretenidas aprendiendo a hacer labores. Los días pasaban lentos. Recuerdo los baños en El Caletón, la sensación de libertad al pasar todo el día en bañador, vistiéndonos sólo para ir a misa los sábados, el ajetreo cuando la casa se llenaba de primos, tíos y amigos los domingos, las albóndigas de vieja, las lapas recién cogidas, ir a mariscar...
Así es como me gustaría sentirme en este mes de Agosto, ahora que comienzo mi veraneo!
